SOLSTICIO DE LA SERPIENTE

Autor: Cristian Mitelman

Con Solsticio de la serpiente, Cristian mitelman cierra su "trilogía alemana" compuesta por El trópico de Hegel (ganadora del 1er. Concurso Internacional de Novela Final Abierto 2017) y Crítica de la razón nocturna. Tres novelas que, si bien son independientes unas de otras, arman un gran relato filosófico/político del siglo XX.  

¿Qué decir de semejante obra? Cuando el lector se adentre en la espesura de esta novela, será inmediatamente capturado por la voz de su personaje, un veterano alemán de la Gran Guerra que escribe un diario dirigido a su amigo de la juventud.

La mano de su brazo, herido por una esquirla, comienza a dibujar de forma incomprensible, imágenes de otros tiempos y espacios, anticipando el porvenir. Este hecho funciona como disparador de un viaje alucinado y atrapante. Aventuras que nos instalarán tanto en el Frente Oriental de la guerra, o en el golpe de Kapp, hasta en el Imperio Otomano, o en la puerta misma de la barbarie de un pueblo Lituano.

Este veterano es la voz de la derrota y humillación alemana, que encuentra en el cinismo y anticomunismo, el refugio desde donde recomponer el orgullo herido para darle sentido a su nueva búsqueda.

La novela es un intento de abordar el surgimiento del huevo de la serpiente del nazismo como una gran olla de acontecimientos sociales que fueron cocinándose en el fuego de la barbarie capitalista.



Cristian Mitelman Prefiero hablar en primera persona. Nací en el 71 en la ciudad de Buenos Aires. Estudié Letras Clásicas en la Universidad de Buenos Aires, pero el Griego y el Latín, como huellas en la orilla del mar, se han ido desdibujando. Me gusta la música barroca; me gusta el rock de los setenta; me gusta viajar con mi pareja (que no ha dejado de alentarme en todos estos años); me gusta acariciar a mis gatos. Supongo que, al estar en la solapa de un libro, debo hablar de literatura. Poco pero claro: venero la prosa de Borges y la Rulfo como las dos cumbres inaccesibles del idioma. Leí con gusto la lírica griega arcaica y soy un admirador de mucha gente que enriqueció y enriquece mi vida: Yourcenar, Virgilio, Platón (más allá de que no existan los Arquetipos). Admiro las novelas de Rivera y los cuentos de Abelardo Castillo y Fernando Sorrentino. Y los poetas, claro. Eclecticismo absoluto: los Goliardos; la humanidad de Yanis Ritsos, la poesía china, el haiku, la cadencia de Lorca, el nihilismo místico de Omar Khayyam. Las máquinas cabalísticas de Sergio Corinaldesi y los versos de Rogelio Pizzi me causan una serena emoción. Intento transmitir algo de todo eso en mis clases. Publiqué varios cuentos y poemas. Si le interesa, en la red (con minúscula) hay esquirlas de ese material.